El dominio es, básicamente, la dirección de tu sitio web.
Cuando compras un dominio estás reservando para ti el derecho de utilizar un nombre determinado en Internet. Es el nombre que tendrás tú o tu marca en la web. Se adquieren a través de agencias registradoras internacionales, y surgieron como una solución más simple que las direcciones IP.
Por otro lado, el hosting es el lugar en que está almacenado tu sitio web. Lo que hace un dominio es reservar tu nombre y mostrar los contenidos de tu web, pero, si no tienes una web como tal, el dominio no sabe qué debe mostrar. Por lo tanto, el hosting es el espacio en el que se ‘’alojan’’ tus archivos web, los cuales comprenden desde imágenes hasta vídeos o textos. Así, cada vez que alguien busque tu dominio web, este enlazará con el hosting y mostrará su contenido.
Los dos son contratados y renovados de forma separada, teniendo la posibilidad de disponer de diferentes dominios que apunten a un mismo hosting.