El diseño de identidad corporativa no es otra que el conjunto de reglas y características con las que la empresa se identifica y se diferencia del resto de organizaciones.
Si describimos a una marca como si fuera una persona y hablamos en términos de diseño gráfico, el naming sería su nombre, su logotipo sería la presencia física y forma de vestir y con el diseño de identidad corporativa pasamos a representar su personalidad. Lo que la hace única, su ADN. En definitiva, lo que te convierte en referencia para tu público objetivo.
Cabe diferenciar entre diseño de identidad corporativa e imagen corporativa. La identidad corporativa la crea la propia empresa en función de lo que piensa de sí misma y quiere transmitir al resto. Por otro lado, la imagen corporativa es el conjunto de percepciones o sensaciones que el público tiene acerca de dicha empresa. Por lo tanto, podríamos decir que la identidad corporativa es un aspecto interno y controlable por la organización, mientras que la imagen depende de muchos factores externos.
Otro concepto que se suele confundir con el de imagen corporativa es el de identidad visual corporativa, que realmente es la representación gráfica de la identidad de una empresa: nombre, logotipo, tipografía, colores, imágenes, voz y tono, papelería corporativa, señalética, perfiles sociales, web…
En definitiva, una identidad visual corporativa cuidada y bien trabajada aumenta el valor de la marca, permite su fácil reconocimiento y recuerdo, mejora su posicionamiento, consigue una mayor coherencia en todos los mensajes corporativos y genera gran confianza.